Creo en David Trueba, cuando en los agradecimientos por uno de los Goyas otorgados a su película “Vivir es fácil con los ojos cerrados” nos decía que no se pueden perder nunca las ganas de vivir y la esperanza. Sentado a su lado, un maestro de 89 años sobre el que está inspirada la película. No creo en el ministro de cultura Wert.
No creo en las acusaciones contra Woody Allen, pero si en “Manhanttan” y en la escena donde enumeraba cosas por las que merece la pena vivir y nombraba “las increíbles manzanas y peras de Cèzanne”
Y creo en el museo Thyssen, que nos trae a partir de la semana próxima y por primera vez en 30 años, una exposición consagrada a éste genial pintor impresionista centrada en sus paisajes y bodegones.
Creer o no creer, es algo que compete sólo a uno mismo, por suerte, son más las cosas en las creo que en las que no creo.
Me ha encantado este descubrimiento artístico en la agenda de Elle.
Uns pareja que hacen arte de forma muy muy original, sombras hiperrealistas creadas gracias a una luz proyectada hacia lo que en realidad es una montaña de basura.
¿Con qué? Con la chatarra recogida en las calles londinenses.
¿Cómo? Con conocimientos de escultura moderna y una punk attitude.
¿Que consiguen? a parte de ARTE en mayúsculas, una crítica a nuestra sociedad actual de usar y tirar.
¿Dónde? Podrás verlos hasta el 24 de noviembre en la feria de arte Glasstress de Venecia o en las colecciones permanentes del Museo Guggenheim de Nueva York o de la National Portrait Gallery en Londres.
Siempre he admirado a la gente original, innovadora. No creo que me pusiera estos cuadros en mi casa, pero ver como los hace este artista en una calle de NY City es una gozada.
Me lo ha enviado mi padre por mail y como decía su asunto: es digno de ver!
Acabo de ver un documental en ctk, Vogue, el número de septiembre. Ya lo he encontrado a medias, pero y aunque parecía que iba a ver un documental sobre Anne Wintour, la verdadera protagonista, era una peliroja atrevida que dice lo que piensa y que ya conocía, pero no tanto como tras este post.
Rara, rara, tan rara como genial, fue modelo, sufrió un accicente, lo superó, evolucionó y con ella sus intuiciones se abrieron camino de manera aun más fuerte. Es la directora creativa de la revista de moda más famosa del mundo en su edición norteamerica.
He empezado a adorararla, igual que por lo visto, le pasó a muchísima gente tras este documental. En inglés, “The September Issue” .
Os lo recomiendo, no sólo porque os interese la moda, sino por la curiosidad de saber como se trabaja en una editorial seria.
Grace nació en Gales en 1941, alejada de todo lo mundano. Estudiaba en un convento, no viajaba, pero encontró su ventana al mundo, la revista Vogue que le llegaba con mucho esfuerzo tres meses después de su publicación.
Románticamente única, Grace es una mujer que parece haberse quedado inmersa en un mundo de fantasía. Eso es la moda para ella, y así lo ha sido desde la primera vez que vio Vogue.
Las casualidades no existen, nosotros hacemos nuestros destino. Casi como un milagro, llegó la revista Vogue a buscar modelos en zonas distintas a las convencionales. Hubo un concurso y ella mandó sus fotos, que afirman eran horribles. Ganó el concurso en la sección Young Idea (Idea Jóven) y empezó a su camino a los 17 años. Un buen día, cogió sus maletas y marchó rumbo a Londres.
Aprendió a estar pendiente de cada detalle. “Si vas en un carro, no puedes dejar de mirar por la ventana para dormir. Si estas caminando, no camines por ejercicio físico. Se trata de educar al ojo y a la mente a darse cuenta de que en cada esquina, en cualquier momento, puede llegar la mejor inspiración”.
Empezó a ser ella quien dirigía las sesiones fotográficas en las que ella misma sería la modelo. Pero a los 26 años sufrió un accidente automovilístico, que le destrozó la cara, perdió el párpado de su ojo izquierdo, muchas operaciones, pero ya nunca fue igual.
Cuando volvió, se inventó ese maquillaje espeso y negro alrededor de las cuencas. “A la gente le gustaba, aunque claramente era una forma de camuflaje, para disimular el estropicio”.
Su filosofía, la moda es un mundo para jugar, no hay que tomársela demasiado en serio. “Me gustan los cuentos de hadas, y me gusta soñar. Trato de construir la realidad en el sueño. Cuando los lectores abren Vogue quiero que sonrían. Todo debería ser una picardía, un poco de atreverse a ir más allá.”
Camina por los pasillos de Vogue como si estuviera jugando, pero es un juego que se toma en serio. Aunque no es una señora que viste a la última moda, como su compañera y rival Anna Wintour, Grace Coddington lucha por su trabajo. Ambas, han aprendido a tratarse y forman un tándem perfecto.
Es la única directora de moda que viste a las modelos. Le da a la modelo la libertad de ser ella misma, el fotógrafo puede explorar cuanto quiera. Mientras tanto Grace sólo se ríe de lo absurdo que puede parecer el escenario o el tema de la sesión.
La gracia de lo que hace Grace es contar una historia que se le ocurrió mientras iba de Starbucks a las oficinas de Conde Nast en Times Square en Nueva York. Quién sabe qué vio. Probablemente ni ella lo tenga claro.
Alucinas viendo a esta señora en el documental, no necesita tener el pelo alisado ni el vestido más elegante para ser perfecta.
Otra mujer más para mi galería de sorprendentes, que me convencen de la evidencia de que creer es crear.
Se que he puesto muchas fotos, pero no puedo parar de mostraros su arte!
(La mejor descripción sobre esta genial profesional, la he encontrado en el blog http://ponynegro.wordpress.com. Al que le pasó algo parecido a lo que me ha ocurrido hoy a mí, cuando vió el mismo documental.¡Gracias!)
Y como la casualidades no existen, de peliroja a peliroja, ahora me voy de nuevo a tumbarme al sofá para ver El hombre tranquilo.
Me pregunto por qué el cuerpo humano al desnudo siempre despierta tanto interés, todos tenemos uno y casi todo el mundo, en al menos alguna época de su vida, tiene o ha tenido otro al lado, del sexo opuesto o del mismo. Pero no falla, pon un desnudo y todo el mundo mirará. Es curioso ¿no?
Se utilizan para reclamo publicitario. Como el de arriba, en un museo de Viena y que ha causado un gran revuelo.
Como campaña reivindicativa.
Como antesala de un concepto sexual, explícito o no.
Yo considero que es un objeto bello, como cualquier otro, siempre que cumpla con los cánones de belleza de cada uno, por lo que es algo interpretado infinidad de veces en el arte y de muy diversas formas.
Cuanto más se insinue y menos se vea, mas bello e interesante nos parece.
¿Es el concepto de desnudez?, porque los animales también están desnudos y no nos producen el mismo efecto, ¿será por qué solo nos llaman la atención los de nuestra propia especie?
Incluso, desde niños, nos fascina desnudar y vestir a una muñeca, y eso que todas eran iguales y con un desnudo totalmente asexuado.
Hubiera sido más interesante si nuestras muñecas hubieran sido como las The Enchanted Dolls de Marina Bychkova.
Articuladas, personalizadas, con todo lujo de detalles y ojos y rostros de gran belleza que parecen vivos, absolutamente preciosas.
Con nuestros cuerpos desnudos, establecemos una de las formas de comunicación más íntimas y especiales, sentimos y vivimos relaciones con los demás con un lenguaje universal. Y supongo, que es una mezcla de ésto y de nuestros instintos más primarios lo que hace que un cuerpo desnudo nos despierte tanto la atención a todos, aunque no siempre se haga uso de ello de la forma que merece.
Os recomiendo una exposición antes de que termine, en la Galería Loewe de Barcelona. Ya ha estado en Madrid y ahora en Paseo de Gracia, 91 de Barcelona.
Muchas veces la moda y el arte se funden de modo inteligente, otras no, pero ésta, es todo un acierto, Loewe continúa su alianza firme con el arte contemporáneo.
Pablo Genovés, hijo de Juan Genovés, comparten casa-estudio y un gen con ARTE en mayúsculas del que os hablaré otro día.
Ahora os invito a visitar en Barcelona una exposición que ya está en su cuenta atrás, finaliza el próximo 15 de marzo.
El título de esta exposición, Cronotados, palabra insólita e inexistente como las imágenes que veréis.Una invención del artista que nos habla del tiempo, de su tiempo.
Cronotados habla de un tiempo propio. También del personal universo de este fotógrafo, uno de los más interesantes de su generación. “Las imágenes sobre las que actúo son a menudo aquellas que la cultura ensalza como símbolo y definición de sí misma. Sobre ellas incido e ironizo, cuestionando el sentido de ese viaje a la posteridad”, explica Genovés.
En esta exposición, un total de diez obras, muchas de ellas de formato grande, el artista hace collages de imágenes en la que se combinan interiores más o menos barrocos con imágenes de destrucción. “Sólo la irrupción súbita de la naturaleza puede liberar la imagen de su propia mentira, contradecir su eterna vigencia”.
La llegada de la exposición de escenarios barrocos de Genovés a los espacios Loewe, coincide con la exploración de la estética barroca por parte de la firma.
Pablo Genovés trabaja con galerías de todo el mundo y uno de sus próximos proyectos será en la mítica Marlborough Graphics de Nueva York. Aunque es fotógrafo, su obra bebe de la tradición pictórica.
No me he podido de resistir a mostraos tantas obras del artista, pero merece la pena verlas en vivo y en directo.
De uno de mis pintores preferidos, Paul Gauguin (1848-1903), el museo Thyssen-Bornemisza nos brinda una exposición, que al menos los que estáis en Madrid, no os podéis perder, Gauguin y el viaje a lo exótico.
Hijo de una familia liberal, su vida se verá marcada por los viajes, los escasos medios económicos desde que decidió dedicarse a la pintura y las enfermedades.
Vivió durante dos meses con el genial Van Gogh. Pero el carácter fuerte de ambos hizo imposible la convivencia.
Desarrolló la parte más distintiva de su producción en el Caribe (Martinica) y en Oceanía (Polinesia Francesa), volcándose mayormente en paisajes y desnudos, muy audaces para la época por su rusticidad y colorido rotundo, opuestos a la pintura burguesa y esteticista predominante en la cultura occidental.
La exposición en el Thyssen estará hasta al 13 de enero del 2013. La huida de Paul Gauguin a Tahití, donde reconquistó el primitivismo a través del exotismo, es el hilo conductor de esta exposición.
Sus pinturas icónicas, creadas a través del filtro de Polinesia, no sólo se han convertido en las imágenes más seductoras del arte moderno sino que además ejercieron una influencia esencial en los movimientos artísticos de las primeras décadas del siglo XX.
Su obra está considerada de las más importantes de entre los pintores franceses del siglo XIX y mantuvo su influjo por más tiempo que los impresionistas. Sus experimentos sobre el color y en general el conjunto de su obra influyeron en la evolución de la pintura, tanto en Picasso como en el expresionismo alemán, y tuvieron especial impacto sobre el fauvismo.
Gauguin había planeado su viaje a Tahití como un escape de la civilización. La relación con la naturaleza salvaje, real o imaginaria, se convirtió en el modo de recuperar la inocencia y la felicidad. Con formas toscas exaltaba el poder de lo sencillo.
En 1902 retrata a una joven polinesia de nombre Tohotaua, esposa de un amigo, a partir de una fotografía.
Poder observar parte de su obra en vivo y en directo, sin duda, ha de ser un momento mágico.
Pues sí, el cuadro más famoso del mundo y con múltiples reproducciones tiene una verdadera hermana gemela y ademas está en España. Entendemos por gemelos hermanos casi idénticos gestados al mismo tiempo y en el mismo lugar.
La Goiconda o Monna Lisa de Leonardo Da Vinci. Museo del Louvre. París.
Entre 1503 y 1506 Leonardo Da Vincien su taller florentino pintó a la joven Lisa Gherardini, esposa de Franchesco Bartolomeo del Giocondo. Leonardo nunca lo dio por finalizado, nunca lo cobró, ni lo entregó a su cliente. Viajó con él durante toda su vida y siguió retocándolo hasta dos años de morir. Rodeada de misterios, falsedades a los que debe su fama junto con su innegable belleza, se considera el ejemplo más logrado de sfumato, técnica muy característica de Leonardo, si bien actualmente su colorido original es menos perceptible por el oscurecimiento de los barnices.
A la izquierda La Gioconda original y a la derecha su hermana gemela.
Esta verdadera hermana gemela, pintada posiblemente por Andrea Salai, discípulo y amante de Leonardo, y seguramente heredado por él, lleva desde el siglo XVII en Madrid como parte de la Colección Real Española. Durmió durante buena parte de su vida ignorada entre los fondos del museo del Prado o expuesta en sus salas como una copia más de las muchas existentes.
La Gioconda del Museo del Prado antes y después de su restauración entre 2011 y el 2012
¿Por qué nuestra Gioconda no es una copia más? Porque es un retrato en paralelo. Hace ahora dos años el Louvre pidió al Prado su copia de La Mona Lisa para una exposición. Cuando los expertos del Prado la revisaron preparándola para el viaje, descubrieron a través de los rayos infrarrojos que el fondo negro ocultaba un paisaje. Al limpiar del cuadro el fondo añadido en el s. XVII se reveló que esta hermana no era una más de las muchas existentes sino una auténtica gemela ya que había sido gestada en el mismo taller del maestro Leonardo, simultáneamente.
Como explican los expertos del Prado:”El extraordinario interés de esta copia reside en que, desde el dibujo preparatorio y casi hasta los últimos estadios, repite el paulatino proceso creativo de La Gioconda, sin pretender hacerse pasar por ella. El análisis comparado de las reflectografías infrarrojas ha revelado detalles idénticos, subyacentes a la pintura, que evidencian un proceso de elaboración paralelo” algo que al parecer era un desarrollo de trabajo normal en el taller de Da Vinci cuando se trataba de encargos importantes. Un copista tradicional transcribe lo que ve en la superficie pintada, y no lo oculto, las modificaciones comunes bajo la pintura demuestran que el autor de la tabla del Prado presenció todo el proceso de concepción y desarrollo de La Gioconda mundialmente conocida, teniendo en cuenta (como si copiase un código genético) los elementos que Leonardo dibujó en las capas subyacentes pero no incluyó en la superficie, gestando así lo que hasta ahora es su única hermana gemela conocida.
La Gioconda del museo del Prado en Madrid
La calidad del dibujo,y, por supuesto la técnica leonardesa del sfumato no son semejantes, pero las figuras si son iguales en dimensiones y formas, los expertos del Prado afirman que “quizás fueron traspasadas mediante calco partiendo del mismo cartón”.
No se si es porque la original está craquelada y oscurecida por la oxidación de los barnices haciéndola parecer una señora de mediana edad que, en comparación a su hermana gemela, con la luz y los colores originales, parece una joven de 25 años, pero a mi casi me gusta más la segunda, no es amor patrio, está en España pero no es nuestra, no es de nadie y es de todos, pero a mi juicio nada experto,doy mi opinión solo como espectador, lo que siento al mirar la obra, y declarando admiración profunda por el gran Leonardo Da Vinci y su obra, la nueva Gioconda me parece más feliz, más relajada, quizás sin el sfumato de Leonardo su misteriosa sonrisa se esclarece o simplemente la cruda realizad: el paso del tiempo no perdona a nadie.
Sea cual fuere el motivo, dedicamos este post a Andrea Salai y Francesco Melzilos dos posibles autores de La Gioconda del Padro, tuvieron el privilegio de estar al lado del gran maestro pero visto lo visto supieron aprovecharlo y desmienten el tópico de que “una copia jamás se acercará al original”.