Como las bicicletas de Fernando Fernan Gómez, los vestidos también son para el verano.
Son la prenda femenina por excelencia y eso que en algunas culturas los hombres también llevan algo parecido. Pero no son entallados, ni llevan volantes, escotes, asimetrías …y tampoco tienen infinitas variedades de tejidos y estampados. ; )
Y es que el verano es ideal para lucirlos. La piel bronceada, no importa lo escotado, corto o extremado que sea, hace calor y todo vale.
Salimos de nuestra burbuja invernal dispuestas a comernos el mundo, no quiere decir que en invierno no lo hagamos, jeje, pero no nos engañemos, el frío tira “para atrás”.
Aquí va una seleción, tras mi paseo por las revistas, de los que más me han gustado, los seleccioné al principio para elegir el modelo de mi próximo DIY, pero aun no me he decantado por ninguno.
Blanco
En la fórmula verano+vestido, uno de los resultados es sin duda = “ibicenco”.
Asimétricos
Ya sea en la parte inferior de la falda o en la parte superior del cuerpo del vestido, las asimetrías le dan un toque “genial”.
Estampados preciosos
Desde la infinita variedad “floreada” a una combinación extrema.
Mangas XL
Son siempre originales, sean cortas o largas.
Sofisticados
Transparencias, entallados, espaldas descubiertas…
Étnicos
Orientales en tejidos, mangas o formas, al más puro estilo boho-chic.
Vestidos + complementos
El pasado mes de julio la revista ELLE nos daba un montón de opciones de vestidos y como combinarlos con gran variedad de bolsos y zapatos.
LBD
Sea verano o invierno, el little black dress siempre funciona.
Me encantan los vestidos lenceros, con encaje y puntillas. Unas de mis preciadas “joyas vintage” son dos antiguas enaguas que pertenecieron a mi abuela. Las entallé, pero nunca he llegado a ponérmelas. Cuando veo algo parecido en las revistas me digo: venga, atrévete!
Puedes llevarlos hasta con deportivas, como os decía, todo vale!
Y ahora, ¿cuál te pondrías tú?