Siempre que los veo pienso lo mismo.
Dos spots de perfume, mismos medios, pero muy diferentes entre sí.
Uno trasmite elegancia, glamour…bien construido, cuenta una historia, te hace sentir cosas por las que comprarías el perfume.
El otro, superficial, artificial, transmite cosas pero sin fondo, al menos a mí.
Y es que el dinero, tampoco puede comprar el estilo.